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¿Qué significa tener depresión?

Tener depresión no es una condición que se elige tener, es una condición que se formando poco a poco.

Las causas pueden variar de una persona a otra, a veces ni si quiera se identifican.

En algunas ocasiones el síndrome depresivo, que contempla síntomas cognitivos, emocionales y conductuales, surge a partir de un acontecimiento, como puede ser un cambio de residencia, un trabajo o la pérdida de éste, el fallecimiento de un ser querido, la ruptura de relaciones de pareja, etc.

Pero en otras ocasiones los que acompañamos a personas con depresión no encontramos un motivo concreto que pueda desencadenar ese estado. De hecho, en las ocasiones en las que no hay un desencadenante claro, las personas que están alrededor de quién tiene depresión, suelen achacar ese cambio de comportamiento y esa desmotivación o apatía a algo progresivo y no es extraño que acaben pensando que más que depresión, lo que ocurre es que la persona se ha vuelto vaga, cuando la situación es bien distinta.

Consejo: No le digas a una persona que lleva dos semanas sin salir a penas de casa que es vaga. Probablemente haya algo detrás de esa ausencia de motivación y esa apatía. Al decirle que es una persona vaga sólo aumentarás la baja percepción que tiene acerca de sí misma. En lugar de eso, puedes mostrarle tu preocupación por esa actitud y ofrecerte a brindarle apoyo o escucha si es que lo necesita.

 

¿Qué síntomas nos dicen que alguien puede tener depresión?

Una persona que tiene depresión suele presentar durante al menos dos semanas mayor cansancio o sensación falta de energía, baja motivación para realizar cosas que normalmente no le cuestan, un estado de ánimo bajo, irritabilidad, aislamiento, baja autoestima, sentimientos de soledad, cambios en el apetito, disminución de intereses, etc.

Puedes leer más sobre la depresión en el siguiente enlace:

¿Qué es la depresión?

¿Qué se puede hacer para ayudar a alguien que puede tener depresión?

Animarle a buscar ayuda profesional

Cuando una persona que nos importa comienza a mostrar síntomas de depresión, lo normal es que intentemos que salga de ese “bache” ofreciéndole nuestra ayuda. Sin embargo, cuando vemos que nuestros esfuerzos no son suficientes, no es extraño que empecemos a cuestionarnos si lo estamos haciendo bien.

La persona que trata de ayudar a alguien con depresión también sufre un desgaste y puede sentirse perdida a la hora de ayudar a su ser querido. Por ello, es importante recurrir a un profesional en salud mental, como un psicólogo, para que realice un análisis de lo que le ocurre a la persona que podría tener depresión.

Un psicólogo puede ayudar tanto a la persona con depresión, como a las personas que tratan de ayudarle.

¿Qué hacer si la persona con depresión no quiere recibir ayuda profesional?

No es tan raro que alguien con depresión no quiera recibir ayudar profesional, sobre todo al inicio del episodio depresivo.

Es frecuente que la persona no crea que alguien pueda ayudarla a encontrarse mejor, ya que piensa que primero necesita descansar, recobrar esas energías que le faltan para comenzar a sentirse mejor y empezar a hacer algo que le saque de la situación en la que se encuentra.

Pero la persona que está a lado de quien experimenta estos síntomas depresivos, acaba dándose cuenta de que la energía no se recupera con el descanso y que su ser querido no mejora.
En esta situación, la persona que trata de ayudar a la persona con depresión puede acudir ella misma a un profesional para que le asesore sobre cómo actuar en esa situación.

Exprésale tu preocupación y tu apoyo

A menudo las personas con un estado de ánimo deprimido se sienten solas e incomprendidas, a veces ni ellas mismas son capaces de explicar lo que les ocurre, por ese motivo prefieren no comentar con nadie lo que les pasa.

Escuchar sin juzgar

“¿Cómo te encuentras hoy? ¿Te apetece hablar de ello?”

A veces se animarán a contarte como se encuentran, pero otras veces se niegan, ya sea porque el hablar de ello les hace sentirse peor, porque piensan que te alejarás si está constantemente contándote sus problemas o porque no saben qué les ocurre, sólo que se sienten mal.

Si te comentan como se sienten, escúchales sin juzgar, simplemente deja que se expresen, no tienes por qué dar tu punto de vista al respecto. Sólo escúchalos.

Apóyale en sus actividades diarias

A menudo, las personas con depresión se encuentran inmersas en un bucle de diálogo interno que pocas veces exteriorizan con los demás.
Ese diálogo interno más que llevarles a hacer algo para salir de la situación depresiva, les mantiene en ella.

Si te ha comentado como se siente o prefiere no hablar de ello, puedes intentar ver qué cosas podrían hacerle sentir algo mejor, aunque no se encuentre muy motivado para llevarlas a cabo.

Por ejemplo, si la persona se siente inútil porque ya no hace ni la cama ni la comida, que eran cosas que antes realizaba sin esfuerzo, puedes proponerle hacer la cama entre los dos y luego hacer una comida que os guste a ambos:

“Sé que ahora mismo no tienes ganas de nada, pero ¿Me ayudarías con las tareas de casa? Primero hacemos la cama y luego si te parece bien podemos hacer entre los dos ese bizcocho de chocolate que hacía tu madre”.

Puede que se niegue, no le presiones.
A su negación puedes responder con un “Bueno, vale. Lo haré yo, aunque me encantaría que me echaras una mano y hacer las cosas juntos”.

En el caso de que la persona haya perdido su empleo, puedes ofrecerte a echar un vistazo a su curriculum y proponerle realizar algunos cambios si crees que puede mejorarse.

Ayúdale a buscar algo que le haga sentirse mejor

Un error común en las personas con depresión es pensar que necesitan sentirse bien para comenzar a hacer algo.

Realmente esa actitud es la que mantiene los pensamientos y emociones negativas: Muy raro sería que sin hacer algo que vaya desmontando la visión que tiene de sí mismo y de cómo le afectan las circunstancias que le rodean, experimente emociones positivas o situaciones gratificantes.

Puedes ayudarles con la siguiente pregunta:

“¿Qué crees que podrías (o podríamos) hacer hoy que te haga sentir mejor?”

No esperes que siempre que hagas esta pregunta, la respuesta vaya a ser lo que esperas.
Seguramente muchos días te conteste con frases como “Quedarme en la cama”, “Quedarme en casa”, etc.
Si la persona lleva varios días sin salir de casa, puedes responder a esa respuesta con otra pregunta:

“¿Qué hiciste ayer? ¿Te sientes hoy mejor?”

Seguramente su respuesta sea no. Aquí puedes volver a formularle la pregunta:

“Entonces ¿Podríamos hacer hoy algo diferente?”

Si su respuesta continúa siendo no, no insistas.
Puede que otro día funcione.

Cuídate

Ayudar a alguien a salir de un estado depresivo no es una tarea fácil.

A veces hace que la persona que trata de ayudar, se sienta exhausta, impotente e incluso enfadada respecto a la situación de la persona que le importa.

Recuerda que no eres el o la responsable de su estado, de sus emociones ni de su comportamiento.

Sólo tratas de ayudarle a salir de esa situación, pero no eres ni sus pies, ni sus manos.

Ten en cuenta también tus necesidades y deseos.

Escrito por Esther Blázquez Álvarez, psicóloga en Epsiba Psicología.

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