¿Qué significa poner límites?
Cuando buscamos en Google la palabra límite nos encontramos con la siguiente definición: un límite es una “linea real o imaginaria que marca el fin de una superficie o cuerpo o la separación de entre dos entidades”.
Como nosotros hablaremos de los límites que ponemos en nuestro día a día, en este artículo hablaremos de los límites imaginarios o abstractos con el objetivo de que nos encontremos bien a nivel personal.
Esto muchas veces significa dejar de hacer: dejar de dedicar tanto tiempo a una actividad, centrarnos más en nosotros mismos, dedicar menos parte de nuestra energía a a ciertas cosas, etc.
Y la verdad, desde mi punto de vista, cuesta más eliminar hábitos que comenzar unos nuevos.
¿Qué señales nos indican que es hora de poner límites?
Muchas veces, nos sentimos agobiados sin saber por qué y nos preguntamos ¿Por qué estoy así si no ha cambiado nada? Ahí es cuando digo yo que la ansiedad que experimentamos o el agobio que sentimos, es algo positivo. Algo estamos haciendo que no marcha bien, y esa ansiedad o agobio que experimentamos es un aviso de que algo tenemos que cambiar.
Lo que quiero decir es que hay situaciones que requieren cambiar de marcha, disminuir el nivel de tareas o poner límites a ciertos aspectos de nuestra vida (a nivel social, de trabajo o incluso de hábitos, como por ejemplo beber o fumar).
Podríamos decir entonces que experimentar ansiedad de forma continua, es decir, dificultad para respirar, sensación de opresión en el pecho, preocupaciones excesivas, puede indicarnos que nos hace falta poner límites, ya sea a otras personas, a nuestros pensamientos, al trabajo o a otros ámbitos de nuestra vida.
También los síntomas asociados a la depresión pueden indicarnos que debemos hacer ciertos cambios, normalmente destinados a quererse más a uno mismo. Pongamos por ejemplo el ámbito de las relaciones. Si una persona nos demanda mucho tiempo, o el reparto de tareas en casa o el trabajo no es el adecuado podemos empezar a desvalorarnos, a dejar de lado actividades que antes realizábamos y caer en una rutina poco productiva a nivel emocional lo que puede hacernos llegar a un punto en el que nos olvidemos a nosotros mismos.
También ciertos cambios emocionales, como la ira o los estallidos emocionales de llanto o enfado, pueden ser los primeros indicadores de que hay algo que no marcha bien y tenemos que empezar a actuar.
En resumen, podríamos identificar tres señales:
- Cambios emocionales bruscos
- Síntomas de ansiedad
- Síntomas depresivos
¿Cómo poner límites en nuestro día a día?
Si sigues leyendo hasta aquí es porque seguramente te hayas identificado con algunas de las características antes mencionadas. Lo suyo sería no llegar a desarrollar un trastorno como tal, sino identificar esas señales a tiempo y realizar algunos cambios.
Bien, pues ¿Cómo deben ser esos límites?

Los límites deben ser flexibles, es decir, adaptarse a las circunstancias. Por ejemplo, imagina que alguien de tu entorno se pone enfermo y tienes que dedicar tiempo a esa persona. Tendríamos que adaptarnos a esa situación teniendo en cuenta que en ese momento el realizar todas las actividades que llevábamos a cabo hasta ese momento no va a ser posible sin que eso tenga un coste a nivel emocional.
Establecer prioridades. Cuando nos sentimos desbordados frente a ciertas situaciones el hacer una lista de lo que hacemos día a día y establecer un orden de prioridades nos ayuda a no dejar de lado lo más importante y al mismo tiempo nos permite el hacer todo lo que teníamos previsto si el tiempo nos da. Si no, habremos hecho lo más importante. Esto cumple con el primer consejo: ser flexibles
Establecer un plan en base a esas prioridades a veces también puede servir de ayuda. Por ejemplo podríamos hacer un horario teniendo en cuenta la hora a la que nos levantamos, horas que dedicamos a las principales comidas y hora de dormir. A partir de ahí planificar las diferentes actividades que llevamos a cabo durante el día (trabajar, quedar con algún amigo o familiar, dedicarle tiempo a la pareja, leer, etc). Eso nos ayudará a ser realistas a la hora de valorar lo que realizamos cada día.
¡Espero que estos pequeños consejos sirvan de ayuda!
¿Te ha gustado? Déjanos tu opinión aquí
¿Te ha parecido interesante?
¡Compártelo!
Escrito por Esther Blázquez Álvarez, psicóloga en Epsiba Psicología.
Se acerca a la realidad que vivimos en esta sociedad de inmediatez. Una ayuda para reflexionar de manera sencilla, muy accesible de entender y para ponerse manos a la obra. Gracias
Gracias ☺️