Las redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter o Snapchat no son algo negativo por sí mismas.

Al contrario, si hacemos un buen uso de ellas pueden reportarnos bastantes beneficios: estar en contacto con amigos que están lejos, compartir fotos, conocer gente nueva, retomar antiguas amistades, encontrar trabajo, publicitar o dar a conocer un negocio o proyecto personal, etc.

De hecho la mayor parte de las personas que utilizan las redes sociales no acaban desarrollando ningún problema de dependencia o adicción.

Sin embargo, pasar demasiado tiempo utilizando las redes sociales, junto a algunas características personales o ciertos estados emocionales, como una baja autoestima, la necesidad de aprobación, estados depresivos, etc., aumenta el riesgo de la aparición de dependencia respecto a las redes sociales.

Indice

Cuándo hay un problema con el uso de las redes sociales

El uso problemático de las redes sociales se da cuando perdemos el control en su utilización, es decir, cuando no somos conscientes del tiempo que pasamos en ellas, cuando la utilización de las redes sociales nos afecta emocionalmente o cuando su utilización repercute en nuestro día a día: dedicamos menos tiempo a los estudios, al trabajo, a las relaciones sociales reales, dejamos de lado nuestras aficiones, etc.

Además las redes sociales se convierten en un problema cuando las utilizamos con el fin de evitar la soledad, para hacer frente a síntomas depresivos o para disminuir el estrés.

Hay un problema en el uso de las redes sociales cuando:

  • Cuando las redes sociales influyen notablemente en la forma en la que nos sentimos.
  • Al dedicar demasiado tiempo a pensar en las redes sociales ( cuál va a ser la próxima publicación, qué habrá publicado hoy «x», etc).
  • Cuando las utilizamos para afrontar a soledad o la ansiedad social
  • Si tenemos que aumentar progresivamente la cantidad de tiempo que dedicamos a las redes sociales
  • Cuando las redes sociales generan preocupación o ansiedad
  • Si experimentamos malestar emocional al no estar conectados.
  • Cuando el uso de las redes sociales produce conflictos familiares, sociales, académicos o laborales

¿Existe la adicción a las redes sociales?

Utilizar redes sociales, no es adictivo por sí mismo, pero sí que afecta al funcionamiento de nuestro cerebro.

Más que de adicción, personalmente, prefiero denominar a este comportamiento como el uso problemático de las redes sociales.

En la Universidad de Hardvard se ha llevado a cabo un estudio sobre las redes sociales en el que revelan que la exposición constante a los “likes” o “retweets”, activa las mismas áreas cerebrales que cuando se consumen otros tipos de sustancias adictivas. 

Riesgo de adicción a las redes sociales

En el estudio mencionado anteriormente, ven que el recibir notificaciones relacionadas con “likes”, retweets o menciones, activa áreas del cerebro pertenecientes al sistema de recompensa, al igual que ocurre al consumir otras sustancias adictivas.

Cuando recibimos esos “me gusta”, comentarios positivos en nuestras publicaciones, etc., aumenta el nivel de dopamina, un neurotransmisor conocido como una de las “hormonas de la felicidad”.

La consecuencia de esto es que nuestro cerebro percibe una recompensa al exponerse a estos estímulos y acabamos asociándo ese comportamiento con algo positivo

Cuándo hay mayor riesgo de desarrollar dependencia a las redes sociales

redes sociales dependencia

Que nos veamos recompensados al recibir atención en las redes sociales no es el origen del problema ni la causa de una adicción.

El riesgo de generar dependencia a las redes sociales aumenta cuando su utilización no es únicamente para generar esa atención social, sino cuando las utilizamos para evitar estados emocionales “negativos” como soledad, ansiedad, estrés o síntomas depresivos.

Aquí las redes sociales se estarían utilizando como una forma de afrontar esos estados emocionales y, teniendo en cuenta que ya no sólo se evita algo indeseable, sino que también se reciben ciertas recompensas a través de esos me gusta, comentarios, etc., hay un mayor riesgo de que la persona utilice cada vez más tiempo las redes sociales con el fin de conseguir esa sensación de felicidad instantánea.

Redes Sociales: ansiedad, depresión, baja autoestima

Ya hay varios estudios que demuestran la correlación existente entre el abuso de las redes sociales y alteraciones en la salud mental. 

Uno de ellos es el llevado a cabo en 2017 por Carmen Padilla y Juliana Ortega. Este estudio fue realizado en población universitaria. 

Las autoras revelaron que el 38,3% de los estudiantes con los que llevaron a cabo el estudio presentaban una alta adicción o dependencia hacia las redes sociales, y no sólo eso, sino que ese 38,3% de los estudiantes que presentaban dependencia hacia las redes sociales, también obtuvieron niveles bastante altos en sintomatología depresiva.

En conclusión podemos decir que hacer uso de las redes sociales, no es peligroso por sí mismo.

Utilizar redes sociales no genera ansiedad, depresión o baja autoestima directamente. 

Pero utilizar las redes sociales con el fin de sentirnos mejor, con el objetivo de reducir estados emocionales indeseables o tratando de suplir carencias personales sí puede suponer un riesgo para la persona que lo utiliza, ya que la forma de afrontar esas carencias personales o esos estados emocionales, podrían agravar el problema de base y, además, generar dependencia hacia las redes sociales.

Escrito por Esther Blázquez Álvarez, psicóloga en Epsiba Psicología.

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