En el estudio de la personalidad, el modelo de los 5 grandes factores o rasgos de personalidad, «Big Five» en inglés, adopta una estrategia léxica para encontrar esos 5 grandes rasgos o dimensiones de la personalidad.

El objetivo de la estrategia léxica en el estudio de la personalidad es buscar a partir de las palabras que utilizamos para describir a los demás, los elementos básicos que forman la personalidad.

Para hacerte una idea de lo complejo de este estudio, piensa ¿Cuántas palabras utilizamos para describir a las personas?

Indice

La historia del modelo de los 5 grandes

Las primeras personas en realizar un estudio léxico sobre la personalidad fueron Allport y Odbert, quienes seleccionaron desde el diccionario de Oxford todos conceptos relacionados con la personalidad.
En total, la selección de términos se elevó a 17.973 por lo que se crearon criterios de selección para reducir esa lista. Finalmente, eliminando palabras de contenido similar, seleccionaron 171 rasgos diferentes y decidieron dividir estos rasgos en diferentes categorías por su similitud.

En 1943, basándose en esa primera lista, Cattel realizó una investigación con miles de personas con el fin de encontrar diferencias individuales a partir de los rasgos de Allport y Odbert. Esas respuestas las sometió a un análisis factorial.
Así elaboró 35 escalas bipolares, las cuales produjeron 12 factores de personalidad a los que añadió otras 4 escalas, dando lugar a los 16 Factores de Personalidad.

Después, en 1961, dos psicólogos norteamericanos, Tupes y Christal, realizaron un informe técnico para el ejército en el que utilizaron 35 rasgos para describir la personalidad. Tras la puntuación de estos rasgos, se seleccionaron 5 factores, considerados como las primeras 5 grandes dimensiones de la personalidad: surgencia, agradabilidad, seguridad, estabilidad emocional y cultura.

A principios de los años 80, Goldberg retomó el enfoque utilizando 1710 términos referentes a la personalidad, los dividió en 75 categorías y formó 13 factores.

No fue hasta 1985 cuando se construyó el instrumento para medir las diferencias individuales que más se utiliza actualmente, el NEO PI, creado por Costa y McCrae. Analizaron el modelo de los 16PF de Cattel para identificar las 5 Grandes Dimensiones de la Personalidad.

Los 5 Grandes Rasgos de la Personalidad

Tras esta investigación, se extraen 5 grandes dimensiones o factores de personalidad: la extraversión, la agradabilidad o amabilidad, la responsabilidad, el neuroticismo y la apertura a la experiencia.
Estas dimensiones dan lugar al acrónimo mnemotécnico OCEAN en inglés.

Openness (apertura a la experiencia)
Conscience (responsabilidad)
Extroversion (extraversión)
Agreeableness (agradabilidad/amabilidad)
Neuroticism (neuroticismo)

Las facetas de los 5 grandes factores de personalidad

Estos 5 factores de personalidad están compuestos en total por 30 facetas. Cada uno de los factores está compuesto por 6 de estas facetas.

Factores de PersonalidadFacetas
ExtroversiónAfecto
Asertividad
Gregarismo
Actividad
Búsqueda de emociones
Emociones Positivas
Apertura a la experienciaFantasía
Estética
Sentimientos
Acciones
Ideas
Valores
AmabilidadFranqueza
Altruismo
Modestia
Confianza
Actitud conciliadora
Sensibilidad a los demás
ResponsabilidadCompetencia
Orden
Sentido del deber
Necesidad de logro
Deliberación
Autodisciplina
NeuroticismoAnsiedad
Hostilidad
Depresión
Impulsividad
Vulnerabilidad
Timidez

Las dimensiones de los 5 rasgos de personalidad

Estas dimensiones, tienen dos polos y lo normal es no situarse en ninguno de los extremos, pero sí decantarse más por un polo u otro.

dimensiones de la personalidad

Descripción de los 5 grandes factores de la personalidad

Extraversión

Las personas extrovertidas tienden a ser más sociables, a ser atrevidas socialmente, a buscar la compañía de los demás y a evitar la soledad.
Se sienten comprometidas más con el mundo externo que con el interno y tienden a buscar nuevas sensaciones en compañía de otros. Además no sienten incómodos al atraer la atención sobre sí mismos, al contrario, tienen buenas sensaciones en este tipo de situaciones.

El polo opuesto sería la introversión, referida a personas reservadas, independientes, con menos tendencia a experimentar nuevas sensaciones con los demás, ya que se sienten más cómodas en la rutina, realizando cosas que no se salgan de lo habitual. Prefieren realizar actividades en solitario antes que hacer actividades animadas o muy estimulantes con otras personas.
Esto no quiere decir que estas personas no sean sociales, sí disfrutan del contacto social, pero de forma diferente a la de las personas más extrovertidas. De hecho, en los momentos en los que se encuentran en un círculo de mucha confianza, pueden mostrarse tan animados y sociales como las personas extrovertidas.

Apertura a la experiencia

Esta dimensión mide la apertura al cambio. Las personas con una alta apertura a la experiencia son personas creativas, con una alta imaginación, curiosidad intelectual, con gusto por el arte y la estética. Son personas que están en contacto con sus emociones y con las de las demás, se interesan por conocer nuevas ideas y tener nuevas experiencias.

En el polo opuesto, cerrazón a la experiencia, se sitúan personas más convencionales con ideas más conservadoras, muestran interés por las tradiciones y prefieren las cosas familiares a las novedosas.

Responsabilidad

Este factor se basa en el autocontrol, la planificación, la organización , la persistencia hacia el logro de metas y la autodisciplina.

En su polo opuesto se encuentran personas más informales, descuidadas o espontáneas.

Neuroticismo o inestabilidad emocional

Las personas que obtienen una puntuación alta en este factor suelen presentar ansiedad, baja tolerancia a la frustración y al estrés y se centran en las posibles consecuencias negativas.

El opuesto es la estabilidad emocional, una persona estable emocionalmente es capaz de afrontar situaciones difíciles o estresantes sin experimentar gran variabilidad emocinal, son personas más flexibles y calmadas.

Amabilidad, cordialidad o afabilidad

Una alta cordialidad refleja a personas con altos niveles de altruismo, solidaridad, personas confiadas y francas, con mayor capacidad para establecer relaciones interpersonales amistosas.

El polo opuesto es la hostilidad, también se denomina como “no agradabilidad”, lo que no es necesariamente algo negativo, ya que tienden a ser personas escépticas y con un pensamiento crítico, atributos necesarios para el desarrollo de diversos ámbitos, como el de la ciencia.

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