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El miedo y su función
Experimentar sensaciones de temor es algo normal y también necesario. El miedo es una emoción básica de supervivencia heredada y con una función adaptativa:
Tener miedo nos motiva a huir y a afrontar situaciones peligrosas o adversas.
Todo el mundo puede sentir miedo, incluso hay temores o “miedos universales” que experimentamos la mayoría de nosotros en mayor o menor medida. Estos miedos son los más comunes y tienen la función de protegernos física y psicológicamente.
Miedos más comunes
A continuación os dejo una lista de los temores más comunes y con qué miedos están relacionados
El temor a la muerte
Este temor aparece ante la posibilidad de perder la vida en distintas situaciones, dando lugar a diferentes miedo como el temor a que nos dé un ataque al corazón, miedo a las alturas, a los viajes en avión, coche,etc.
El temor a la pérdida de autonomía o libertad
Se relaciona con el miedo a quedar atrapado, ser encarcelado, inmovilizado o dominado por algo externo que no podamos controlar.
Se asocia con la claustrofobia, el miedo al compromiso o el miedo a perder el control.
El temor a la soledad, al rechazo o al abandono
Son miedos relacionados con el temor a perder el contacto con el mundo social.
De este temor derivarían las conductas celosas o las relaciones de dependencia.
El temor a sufrir una mutilación o una enfermedad
Es el miedo que experimentamos ante la posibilidad de perder el cuerpo como unidad.
Aparece al anticipar que un objeto, como un animal o un cuchillo, podría dañar nuestro cuerpo.
El temor de que dañen nuestro ego
Este temor explicaría el miedo a exponerse a situaciones que podrían hacernos parecer inferiores a los demás, el temor a ruborizarse, a quedarse trabado al realizar una exposición o conocer a personas nuevas.
Se relaciona con la fobia social.
¿Son los miedos racionales?
El miedo es racional en la medida que tiene una función de protección básica e instintiva ante situaciones que pueden generar un peligro para nuestra integridad física o mental.
El temor a morir, por ejemplo, permite que cuando estamos en un acantilado no nos pongamos a saltar en el borde del precipicio ya que podríamos caer.
¿Cuándo hay una fobia?
Cuando el miedo afecta a nuestro bienestar impidiendo que realicemos ciertas actividades o generando un continuo estado de ansiedad, ese miedo interfiere en nuestro quehacer diario. Es en ese momento cuando el miedo adquiere la intensidad que caracteriza a las fobias.
Esa intensidad y su interferencia en la vida diaria es la diferencia que hay entre el miedo normal y las fobias.
Las fobias forman parte de los trastornos de ansiedad. Se caracterizan por la anticipación de la situación fóbica, la rumiación cognitiva y la evitación de situaciones asociadas con la fobia.
Cuando la persona tiene miedo, las sensaciones que acompañan al miedo aparecen justo en el momento en el que se da la situación temerosa.
En las fobias la situación a la que se teme, se anticipa o se evita.
Cuando la situación fóbica se anticipa, la activación fisiológica que genera esa exposición imaginativa es casi la misma que se produce ante una exposición real.
Al anticipar la situación fóbica imagina las posibles y terribles consecuencias que pueden ocurrir y por ello finalmente no se expone a lo que teme. Esa evitación es la que finalmente mantiene la fobia.
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