La empatía es la habilidad de ponerse en el lugar de otra persona a nivel afectivo y cognitivo, lo que implica conectar con las emociones de los demás y comprender cómo vive la otra persona una situación concreta.

A través de la empatía, logramos comprender la perspectiva de otras personas llegando a conocer cómo piensa o cómo se sienten los demás. También nos permite entender las intenciones de los demás y adelantarnos a sus reacciones o comportamientos.

El interés por la empatía no es nada nuevo, ya en el siglo XVIII Robert Vischer utilizó el término “Einfühlung” para referirse a una proyección de los sentimientos que facilitaría la compenetración entre dos seres.

La empatía es una habilidad formada, según consenso, por dos componentes: uno afectivo y otro cognitivo. Algunos estudiosos e investigadores de la empatía postulan que puede darse una respuesta empática en la que se incluyan ambos sistemas o sólo uno.

Por tanto, la respuesta empática puede venir dada por el sistema afectivo de forma independiente, por mediación del sistema cognitivo de forma exclusiva o por una respuesta empática en la que se involucren ambos sistemas, que suele ser lo más efectivo.

Sin embargo, la mayoría opina que para que se de una respuesta empática, la respuesta emocional o afectiva debe estar presente, aunque otros opinen que se puede dar una respuesta de comprensión sin conectar emocionalmente con la otra persona.

Indice

Comprender la empatía

Podemos contagiarnos de las emociones de otras personas, por ejemplo, cuando le hablamos mal a alguien que nos habla mal previamente “me enfado porque te enfadas”. Eso es empatía, pero eso no significa que comprendamos el por qué una persona se siente de determinada manera. 

Esto último involucra la compresión del estado emocional de la otra persona y comprender su punto de vista, lo que involucra no sólo a las emociones, también a la cognición. Eso también forma parte de la empatía. 

De hecho, en la empatía el componente afectivo se desarrolla antes que el componente cognitivo (Chakrabarti y Baron-Cohen, 2006), lo que puede explicarse debido a que el aspecto cognitivo de la empatía está asociado al desarrollo de funciones cognitivas superiores que tardan más en desarrollarse.

En función a esta introducción se puede deducir que el mecanismo de la empatía no es tan sencillo y que involucra diferentes dimensiones, las cuales requieren de procesos distintos en los que están involucradas diferentes regiones o áreas del cerebro. 

No todo el mundo tiene el mismo nivel de desarrollo en cada dimensión que compone a la empatía. Es normal, también se pueden entrenar.

Dimensiones de la Empatía: El sistema afectivo y el sistema cognitivo en la empatía

El sistema afectivo en la empatía

El componente afectivo de la empatía es el que está más relacionado con las famosas neuronas espejo o neuronas especulares.

Este el sistema más básico y de carácter automático de la empatía y es en el que se basa  el contagio emocional que aparece por ejemplo cuando una abuela ve a su nieto llorar y también tiene ganas de llorar.

bebe llorando y madre lo consuela triste, representa el contagio emocional que tiene que ver con la empatía afectiva

Este sistema se activa automáticamente al ver una expresión de tipo emocional y nos motiva a realizar algo activándonos a nivel motriz por ejemplo: si vemos a un amigo caerse por la escalera, corremos asustados para ver si está bien. 

Pero también puede bloquearnos. 

Imagina que un bebé llora.

De forma automática tratamos de buscar el motivo que le genera malestar y resolverlo (que esto ya conllevaría un proceso cognitivo de orden superior asociado al sistema cognitivo). Resulta que aplicando diferentes opciones no encuentras el modo de calmar a ese bebé y al final te acaba contagiando esa urgencia percibida, ese llanto que se percibe agonizante. 

Es probable que ese contagio genere una respuesta emocional tan fuerte de angustia dificulte la puesta en marcha de la solución, y peor aún, esa angustia se transmite del bebe al cuidador y del cuidador al bebé.

El contagio emocional es un mecanismo de supervivencia y está, a parte de en los humanos, en muchos otros animales.

El sistema cognitivo en la empatía

Gracias al sistema cognitivo implicado en la empatía podemos comprender el punto de vista de otras personas y entender el motivo por el que determinas situaciones evocan una respuesta emocional concreta en otras personas, aunque en nosotros mismos no la evoquen. 

Conlleva el procesamiento controlado de la información que recibimos, no es un procesamiento automático.

Debido al sistema cognitivo, que conlleva el desarrollo de funciones cognitivas superiores, podemos diferenciar entre cómo se siente esa otra persona con la que interactuamos y el cómo nos sentimos nosotros, algo que resulta imprescindible para resolver situaciones con otras personas que conllevan una emocionalidad muy intensa.

El sistema cognitivo implicado en la empatía permite que tomemos distancia de las emociones que hay en el ambiente y que podamos poner en marcha de una manera más eficaz las estrategias necesarias para buscar una solución. 

persona ayudando a otra que está herida, la empatía cognitiva nos ayuda a entender como se siente la otra persona pero también permite que emocionalmente nos distanciemos para poder actuar de una forma mas eficaz

Se cree que el sistema cognitivo implicado en la empatía, y que se relaciona con la teoría de la mente, se da únicamente en humanos y en simios, aunque en estos últimos la teoría de la mente o mentalización se daría de una manera más “básica”, no estaría tan desarrollada como en los humanos.

Afecto y cognición operando de forma conjunta en la empatía

Cuando ambos sistemas operan de forma conjunta en la elaboración de una respuesta empática, aparece la comprensión empática.

La comprensión empática implica conectar con la emoción de la otra persona entendiendo que esa persona no somos nosotros, que nosotros no estamos viviendo esa experiencia emocional aunque desencadene en nosotros una respuesta emocional. Y, además de conectar con esa emoción, comprendemos la perspectiva de la otra persona y entendemos cómo vive la situación, entendemos el motivo por el que esa persona se siente así.

Modelos dimensionales de la empatía

Como he mencionado anteriormente, la empatía puede verse como mecanismo formado por varios procesos en los que se involucran tanto componentes afectivos como cognitivos, es decir, podemos entender que la empatía es multidimensional.

El modelo de 3 dimensiones de la empatía de Blair 

Entre las personas que defienden esta perspectiva, encontramos a Blair, quien propone que la empatía está formada por tres componentes, diferenciados entre sí a nivel neuronal, pero que interactúan entre ellos. 

Los componentes que forman la empatía según Blair son los siguientes:

  • La empatía cognitiva o Teoría de la Mente 
  • La empatía motriz, relacionada con el sistema de neuronas espejo o neuronas especulares
  • La empatía emocional o afectiva

El modelo multidimensional de Decety y Jackson

Según Decety y Jackson, la empatía también se forma de tres dimensiones cuya interacción da lugar a la empatía:

  • El aspecto afectivo compartido entre la persona que recibe la información emocional y quien la emite. Esta respuesta emocional sería la de carácter más automático.
  • La conciencia del otro y la conciencia de uno mismo, que nos permite diferencia entre lo que sentimos nosotros y el cómo se siente la otra persona. Es pedir, permite que no nos mimeticemos emocionalmente con el otro.
  • La flexibilidad cognitiva, que nos permitiría comprender cognitivamente el punto de vista de persona con la que interactuamos y que requiere un proceso más elaborado en el que se implican diferentes áreas cerebrales.

Según estos autores, la empatía como tal no puede darse viendo estos tres sistemas por separado, sino que es el resultado de la interrelación de los tres.

Bases neuronales de la empatía 

El estudio de Simone G. Shamay-Tsoory, Judith Aharon-Peretz y Daniella Perry

Hay evidencias de que la parte afectiva y las funciones cognitivas implicadas en la empatía, aunque interactúan, tienen una disociación funcional, es decir, que el aspecto afectivo y el aspecto cognitivo implicados en la empatía emplean diferentes circuitos neuronales para su funcionamiento. 

La evidencia científica de que es el sistema afectivo y cognitivo de la empatía tienen bases neuronales diferenciadas se puede consultar en el estudio publicado en el año 2009 por Simone G. Shamay-Tsoory, Judith Aharon-Peretz y Daniella Perry. 

Llevaron a cabo una investigación para demostrar que el sistema afectivo (reconocimiento y contagio emocional) y el sistema cognitivo involucrado en la empatía, relacionado con la teoría de la mente, tenían bases anatómicas diferenciadas. 

El estudio se realizó con cerebros dañados y encontraron ciertas dificultades en determinadas personas, llegando a la varias conclusiones:

Encontraron que las personas que presentaban lesiones en la corteza prefrontal ventromedial, relacionada con la teoría de la mente y la empatía cognitiva, o en el giro frontal inferior tenían dificultad para experimentar empatía tanto a nivel cognitivo como afectivo. 

dibujo del cerebro señalando la corteza prefrontal

La corteza prefrontal ventromedial se relacionó más con dificultades en la empatía cognitiva y las lesiones presentes en el giro frontal inferior se asociaron a dificultades para conectar emocionalmente con otras personas, lo que equivale a una dificultad en el sistema afectivo de la empatía.

Empatía, lenguaje e imitación

Así mismo, pudieron ver como el área 44 de Brodmann, que tiene que ver con el procesamiento semántico, la gesticulación o la entonación de la voz, era fundamental para la empatía de tipo afectivo o emocional.  El área 44 junto al área 45 forman el área de Broca, involucrada en la ejecución del lenguaje y forman parte del giro frontal inferior.

El lenguaje, a simple vista, no parece directamente relacionarse con las emociones.

Pero el área 44 de Brodmann, a parte de relacionarse con el lenguaje, está muy probablemente involucrada en la capacidad de imitación, que a su vez se relaciona con el sistema de las neuronas espejo, fundamental en la empatía afectiva. 

dibujo del cerebro con el área 44 de Brodmann señalada

Este es el motivo por el que el área 44 podría ser importante para la empatía emocional o afectiva. 

De hecho el área 44 se está relacionando cada vez más con el reconocimiento emocional por la entonación de voz o la interpretación de los gestos o expresiones faciales, por ejemplo.

Por tanto el área 44 de Brodmann, no sólo está involucrada en el lenguaje, sino que al parecer, también se puede relacionar con la imitación y el reconocimiento emocional.

La importancia de las funciones ejecutivas en la empatía

Mientras que las áreas 10 y 11 de Brodmann, las cuales son necesarias para el correcto funcionamiento de habilidades cognitivas superiores, lo eran para la empatía cognitiva. 

El área 10, situada en la corteza prefrontal anterior, se relaciona con las funciones ejecutivas (razonamiento, resolución de problemas, flexibilidad en la ejecución de tareas, planificación y ejecución… ) y la memoria.

¿Por qué es importante la empatía?

La empatía es la habilidad de percibir, comprender y compartir los estados afectivos o emocionales de otros. Además los mecanismos implicados en ella permiten que nos anticipemos a los comportamientos de los demás y aumenta el comportamiento prosocial.

Estas tres características son muy importante ya que nos permiten comprender el mundo, sentir que formamos parte de algo y al asociarse la empatía al comportamiento prosocial, disminuye la probabilidad de agresión.

¿Se puede mejorar la empatía?

Hay diversas opiniones al respecto. 

La empatía es el nombre que damos a un conjunto de procesos que permiten que conectemos a nivel emocional, cognitivo, afectivo y experiencial con otras personas.

El mecanismo de la empatía es posible gracias al funcionamiento de ciertas estructuras cerebrales como la corteza prefrontal, temporal, la amígdala y otras estructuras límbicas.
Sin estas estructuras no podríamos formar una teoría acerca del estado mental de nosotros mismos o de otras personas, que es lo que permite que finalmente entendamos otras perspectivas.

En condiciones normales, todos podemos desarrollar la capacidad de empatizar. Para algunas personas es más fácil y a otras les resulta más difícil y les requiere más esfuerzo el llegar a comprender ciertos aspectos que nunca se han dado en su vida o, que aunque se hayan dado, no les han afectado de la misma manera.

dos siluetas hablando y una de ellas confusa

En mi opinión, teniendo en cuenta las dos dimensiones implicadas en la empatía, la afectiva y la cognitiva, creo que sí hay en cierta parte una parte innata correspondiente a un mecanismo primitivo de supervivencia y que tiene que ver con la empatía afectiva, el contagio emocional y la angustia emocional que puede aparecer cuando una madre o un padre ven llorar a su bebé.

Ese contagio o angustia emocional no está presente en todas las personas, pongamos por ejemplo la psicopatía o sociopatía.

La amígdala, encargada entre otras cosas del procesamiento emocional, al detectar angustia, tristeza o dolor en otras personas reacciona generando una sensación de malestar en quien la percibe. Este mecanismo por ejemplo, en personas con un trastorno antisocial de la personalidad o en la psicopatía, se encuentra afectado, no es tan sensible, lo que hace que estas personas tengan mayor probabilidad de tener comportamientos agresivos ya que la percepción de miedo, angustia o tristeza en otras personas no les genera un estado emocional aversivo. 

¿Puede modificarse el cerebro de estas personas y hacer que reaccione ante la percepción de estados emocionales de angustia, tristeza o dolor?

En mi opinión depende del grado de afección de ese cerebro. No siempre ni en todos los individuos, como por ejemplo cuando hay lesiones cerebrales, puede mejorarse la empatía en su totalidad, aunque sí en parte, ya que es un mecanismo muy complejo.

Hay que tener en cuenta la plasticidad neuronal también, que es un factor a favor de la recuperación y desarrollo de habilidades como la empatía.

Lo mismo opino en personas en las que los mecanismos que tienen que ver con la empatía están afectados: autismo, TDAH, esquizofrenia, trastornos de la personalidad…

Se puede entrenar y habrá personas que sí puedan mejorar las habilidades asociadas a la empatía ¿De qué depende? De que haya más investigación al respecto. Aún nos queda mucho por saber sobre la empatía y los mecanismos implicados en ella

Escrito por Esther Blázquez Álvarez, psicóloga en Epsiba Psicología en Salamanca y psicóloga online

Bibliografía

  • Cecilia Heyes, Empathy is not in our genes, Neuroscience & Biobehavioral Reviews, Volume 95, 2018, Pages 499-507, ISSN 0149-7634. 
  • Filippetti, Vanessa Arán, López, Mariana B., & Richaud, María Cristina. (2012). Aproximación N
  • Simone G. Shamay-Tsoory, Judith Aharon-Peretz, Daniella Perry, Two systems for empathy: a double dissociation between emotional and cognitive empathy in inferior frontal gyrus versus ventromedial prefrontal lesions, Brain, Volume 132, Issue 3, March 2009, Pages 617–627 
  • John Nolte: The Human Brain: An Introduction To Its Functional Anatomy, 6th edition, Mosby.
  • Filippetti, Vanessa Arán, López, Mariana B., & Richaud, María Cristina. (2012). Aproximación Neuropsicológica al Constructo de Empatía: Aspectos Cognitivos y Neuroanatómicos. Cuadernos de neuropsicología, 6(1), 63-83.
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