La flexibilidad cognitiva es la habilidad cognitiva que nos permite adaptarnos a situaciones y eventos cambiantes y novedosos, mejorando así el afrontamiento de este tipo de situaciones.
Es decir, la flexibilidad cognitiva permite que modifiquemos nuestros pensamientos y comportamientos en contextos que no son estáticos o ante situaciones imprevistas. Por ello son tan importantes para una buena adaptación al medio.
Indice
La flexibilidad cognitiva dentro de las funciones ejecutivas
La flexibilidad cognitiva es uno de los procesos cognitivos que forman parte de las funciones ejecutivas, una categoría en la que entran aquellos procesos cognitivos que nos permiten regular nuestros comportamientos, emociones y nuestra cognición con el objetivo de lograr nuestras metas u objetivos.
Es difícil aislar a la flexibilidad cognitiva de otros procesos que tienen que ver con las funciones ejecutivas, al final todos estos procesos están relacionados.
Hay tres características que podrían resumir las habilidades derivadas de las funciones ejecutivas: el cambio, la memoria de trabajo y el control inhibitorio a nivel de percepción, de pensamientos y de comportamiento.
Todos ellos contribuyen a la buena gestión de los pensamientos y el comportamiento y permiten que llevemos a cabo un comportamiento adaptativo para lograr nuestros objetivos.
De hecho, diferentes estudios de neuroimagen, muestran como las regiones cerebrales que se activan ante la ejecución de estas tareas, se superponen y es difícil aislarlas para su correcto estudio.
Pero en este artículo veremos, dentro de las funciones ejecutivas, lo que más se relaciona con este proceso cognitivo, la flexibilidad cognitiva.
Por qué es importante la flexibilidad cognitiva
Una alta flexibilidad cognitiva permite el cambio de atención, la selección de la información relevante, el cambio de comportamiento y de patrones de pensamiento, inferir reglas previamente no existentes y cambiar de una tarea a otra.

Así mismo, la flexibilidad cognitiva también se relaciona con la inteligencia fluida y el pensamiento divergente, que a su vez interfiere el los procesos de razonamiento, imaginación o creatividad.
Todo esto permite adaptar nuestro comportamiento a las demandas inestables del entorno, lo que convierte a la flexibilidad cognitiva o mental en una habilidad cognitiva muy necesaria para la correcta adaptación al ambiente que nos rodea.
Desarrollo de la flexibilidad cognitiva
La flexibilidad cognitiva se empieza a desarrollar desde la infancia y continua haciéndolo durante toda nuestra vida.
Durante la infancia y la vejez hay una menor flexibilidad cognitiva.
Durante la infancia, y hasta más o menos los 21 años, los procesos cognitivos y las propiedades neuronales se están aún desarrollando. Luego, durante el envejecimiento, esos procesos y propiedades, van en declive.

Condiciones y trastornos asociados a una disminución de la flexibilidad cognitiva
Hay diversos trastornos o condiciones que afectan a la flexibilidad cognitiva, entre los que encontramos:
- Trastornos del estado de ánimo como la depresión o el trastorno bipolar
- Trastornos del espectro autista
- Enfermedad de Parkinson
- Trastorno por deficit de atención e hiperactividad
- Esquizofrenia
- Trastornos de ansiedad
- Trastorno obsesivo compulsivo
- Trastornos de la conducta alimentaria y de la imagen corporal
Aún así, todas las funciones ejecutivas se pueden mejorar mediante entrenamiento. De hecho, es muy importante trabajar las funciones ejecutivas durante la infancia ya que estas predicen un mayor bienestar y calidad de vida en la edad adulta.

Características de las personas con alta flexibilidad cognitiva
Una de las cosas que caracteriza a alguien con una alta flexibilidad cognitiva es cambiar su perspectiva.
El cambio de perspectiva permite ponerse en el lugar de otras personas o ver e interpretar las situaciones desde diferentes enfoques, lo que a su vez ayuda a generar estrategias de afrontamiento distintas ante una misma situación.
Esto ayuda a generar nuevas soluciones, cuando las aplicadas no han servido para solucionar el problema.
Al mismo tiempo, la flexibilidad cognitiva, se manifiesta en las personas que pueden cambiar de opinión sobre un tema cuando los argumentos de los que dispone, pueden modificar su punto de vista.
La posibilidad de cambiar de opinión sobre diferentes temas, hace que las personas con una alta flexibilidad cognitiva no tengan tanto problema en admitir que estaban equivocadas.
También tienen buena capacidad para adaptarse a los cambios o a nuevas situaciones.
Esa flexibilidad y capacidad de dirigir bien la atención, hace que estas personas sean capaces de ver nuevas oportunidades y aprovecharlas aunque eso implique dejar algo que ya estaban haciendo de lado. Son capaces de cambiar sus prioridades en función de sus intereses.
La creatividad también se asocia a la flexibilidad mental o cognitiva.

Como conclusión y a modo de resumen, la flexibilidad cognitiva es esencial para responder de forma correcta ante las demandas cambiantes del entrono.
Forma parte de las funciones ejecutivas y, su correcto funcionamiento, depende también de otros procesos como el control inhibitorio y la memoria de trabajo.
Todas estas habilidades o procesos cognitivos, permiten una buena adaptación en cualquier área de nuestra vida.
Bibliografía consultada
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Escrito por Esther Blazquez Alvarez, psicóloga en Epsiba Psicología en Salamanca y psicóloga online por videoconferencia.
Me impresionó cómo se explicó de manera clara y concisa qué es la flexibilidad cognitiva y cómo se relaciona con nuestra capacidad para adaptarnos y responder a situaciones cambiantes.
El artículo destaca la importancia de la flexibilidad cognitiva en nuestra vida diaria, desde resolver problemas hasta interactuar socialmente. Además, se brindan consejos y estrategias prácticas para desarrollar y mejorar esta habilidad, como practicar la resolución de problemas y la exposición a nuevas experiencias.
Muy interesante y constructiva.
Gracias Ahmed